Calor y violencia: ¿Tenía razón Silvano?
El Universal
Los políticos profesionales tratan de hallar explicaciones útiles a aquellos problemas que causan mayor impacto en la opinión pública, como la violencia, la escalada de precios, etc. Ejemplo de ello es el variado menú de respuestas que Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán, ha desarrollado en relación a la violencia y que aplica según las circunstancias.
Cambiante causalidad
Mientras Enrique Peña Nieto (PRI) ocupó la presidencia del país, Aureoles Conejo atribuyó un importante peso causal a la “convivencia social”; una carga mayor a las relaciones intra familiares que al narcotráfico.
Tal respuesta fue resultado de la producción conceptual de José Castro Godoy (qpd), ex fiscal), Sigala (qpd) , ex secretario de gobierno de Silvano, Adrián López Solís, fiscal, quienes siempre tuvieron formas sencillas para argumentar cómo “el tío asesina al sobrino, el padre al yerno y ocurre una sucesión de venganzas derivadas de una discusión deportiva o religiosa”. De ese modo, la responsabilidad se orientaba hacia los municipios “por ser delitos del orden común” y quitaba presión al gobierno federal.
Una vez que López Obrador tomó posesión como Presidente, Aureoles Conejo ya no asumió el papel de “para rayos”; la causalidad de la violencia se enfocó hacia el narcotráfico y se constituía en materia federal. En consecuencia, una responsabilidad de López Obrador, no del gobierno estatal.