Cárceles en México: Universidades del Crimen
Efraín Zárate
El Universal
Se dice que “las cárceles de un país son el reflejo de una sociedad”. A partir de esta frase partiré con un par de ejemplos. Noruega se caracteriza por tener las mejores cárceles del mundo, así como uno de los sistemas de reinserción social mejor adaptados a su población ya que la forma en que se reinsertan a la sociedad es muy paulatina, cuentan con muchas comodidades dentro de sus instalaciones y no se rigen por el castigo, haciendo que estas sean llamadas “la utopía de las prisiones” (BBC News, 2016).
En contraste, los países latinoamericanos son los peores calificados debido a las condiciones de sus cárceles que se caracterizan por tratos inhumanos, sistemas de reinserción no exitosos, instalaciones no adecuadas, hacinamiento, sobrepoblación y autogobierno (Carranza, 2012).
El objetivo de que una persona esté en reclusión es para evitar que evada la responsabilidad social y/o penal que por la comisión de un supuesto delito mediante la prisión preventiva como medida cautelar y, de ser confirmada, una sentencia cumplir con un plan para que pueda “reinsertarse” de forma exitosa a una sociedad con normas, reglas, obligaciones y derechos.
La prisión preventiva se impone únicamente como medida cautelar para asegurar la presencia del imputado durante todo el procedimiento, salvaguardar y proteger a la víctima y para evitar la obstaculización del procedimiento (Luna, 2020).
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