De la evidencia y su importancia
María Teresa Martínez Trujillo
El Universal
Entre muchos análisis, la renuncia del Carlos Urzúa como responsable de las finanzas públicas alimentó la discusión sobre la importancia de la evidencia como base de las toma de decisiones en política pública. Algunos, inspirados en filias y fobias partidistas, apuraron comentarios y conclusiones para, a través de los señalamientos del ex Secretario, llevar agua a sus respectivos molinos.
En esa coyuntura fue posible ver, casi de cuerpo entero, a los dos más grandes enemigos que parece tener la evidencia como herramienta del quehacer público, no sólo en términos hacendarios: por un lado, los que ven en ella la expresión inequívoca de la tecnocracia y el deleznable Neoliberalismo y, por otro lado, los fetichistas de la estadística y el “dato duro”. En el fondo, ambos se encuentran en un registro parecido, el que empobrece el conocimiento y, por ende, el que estorba a una mejor comprensión de lo que ocurre en un país como el nuestro. Y es que ambos, me parece, visualizan “evidencia” como una sola y única cosa. Leer más.