Hacer política pública
Ángel Serrano Gálvez
El Universal
Cuando empiezas a estudiar sobre políticas públicas en materia de seguridad pública en México, sin importar desde qué ángulo lo hagas, o si lo haces desde la academia, sociedad civil o gobierno, eventualmente llega a ti la anécdota de cierto alcalde, en cierto municipio, de cierto partido que cuando recibió cierto recurso para reducir la incidencia delictiva en su localidad, la intuición lo llevó a usar ese recurso para comprar lentes a los niños de la comunidad, y de acuerdo con su criterio así evitar que estos se convirtieran en futuros delincuentes.
De lejos, esta anécdota suele ser tomada con ironía, ya que se ve lejana que ésta sea la forma en la que se piensan las acciones que tienen como objetivo reducir la incidencia delictiva, el problema viene cuando uno comienza a observar distintas acciones realizadas por parte de la autoridad y empiezas a identificar que el caso de los lentes más que un caso aislado es la norma, y que la mayoría de las acciones que se venden como políticas públicas, tienen su origen en ocurrencias y rara vez en la evidencia.
La alcaldesa de Iztapalapa en colaboración con la jefa de gobierno presentó una serie de acciones, a manera de programa, con el objetivo de colocar luminarias distribuidas en la alcaldía, en la calzada Ermita Iztapalapa, que es una de las principales arterias en ser intervenidas.
Aunque me da gusto que después de muchos años al fin se utilicen recursos para mejorar la alcaldía en donde nací, también me preocupa mucho la forma en la que se presentan y se pensaron este tipo de acciones, más aún al considerar que falta relativamente poco para la jornada electoral.