Observatorio Nacional Ciudadano
Entendimiento Bicentenario
Entendimiento Bicentenario

Entendimiento Bicentenario

Francisco Rivas

El Universal


El pasado 8 de octubre se celebró el Primer Diálogo de Alto Nivel en Seguridad entre México y Estados Unidos, un encuentro que no se llevaba a cabo desde los tiempos de la administración de Obama en nuestro vecino país del norte y de Peña en territorio nacional.

El diálogo giró en torno a temas como el rol de la delincuencia organizada en los problemas de salud pública derivados del consumo de drogas en Estados Unidos, la violencia que generan en México los grupos delictivos y los consecuentes retos de seguridad en la frontera.

Todo ello debía sentar las bases del nuevo acuerdo de cooperación en materia de seguridad que sustituirá la recién extinta Iniciativa Mérida.

Ante la cancelación del mecanismo de cooperación bilateral más relevante en materia de seguridad que tuvo nuestro país, se generó una expectativa de conocer los pormenores de la nueva base de entendimiento, misma que quedó insatisfecha.

La gran revelación de la declaración conjunta fue conocer el nombre del nuevo acuerdo -Entendimiento Bicentenario entre México y Estados Unidos para Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras-, sin aportar mucho más acerca de compromisos concretos y acciones específicas.

En este mismo espacio escribí hace una semana acerca de los logros y pendientes de Iniciativa Mérida, así como la necesidad de diseñar e implementar un nuevo mecanismo de cooperación tras la extinción de dicho acuerdo. Expliqué que ni México ni Estados Unidos se podían dejar de lado la colaboración para frenar a la criminalidad organizada nacional y transnacional; reducir delitos y violencia; fortalecer las instituciones y el Estado de Derecho en nuestro país. Por ello, el anuncio de signar en algún momento de 2022 un nuevo “entendimiento”, es indudablemente una señal positiva.

 

No obstante, las aspiraciones manifestadas en la declaración conjunta dejan muchas interrogantes y parece que persigue objetivos por demás ambiciosos. Quedó manifiesto que el entendimiento tendrá tres ejes:

         ⁃      Proteger a nuestros ciudadanos invirtiendo en la salud pública en lo referente a los efectos del consumo de drogas, apoyando las comunidades seguras y reduciendo el número de homicidios y delitos de gran impacto.

         ⁃      Prevenir la delincuencia transfronteriza haciendo seguras las modalidades de viaje y de comercio, reduciendo el tráfico de armas, centrándonos en las cadenas de suministro ilícitas, y disminuyendo la trata y el tráfico ilícito de personas.

         ⁃      Perseguir a las redes delictivas por medio de la obstrucción de las operaciones de los financiadores ilícitos y reforzando los sectores de seguridad y justicia.



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