Observatorio Nacional Ciudadano
¡Fuera máscaras en seguridad!
¡Fuera máscaras en seguridad!

¡Fuera máscaras en seguridad!

Francisco Rivas

El Universal


Según informan los medios de comunicación, el pasado jueves 10 de junio, el presidente afirmó en una reunión con los principales empresarios del país su intención en concluir su administración con 3 reformas importantes, entre las cuales destaca la transferencia de mando de la Guardia Nacional de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).

En los hechos no sorprende, desde su creación fue evidente que los mandos civiles se desdibujaron, las leyes reglamentarias establecieron criterios para la asignación de posiciones jerárquicas relevantes que resultaban incumplibles para comisarios y comisionados de la extinta Policía Federal (PF); recursos, reclutamientos y formación han estado en manos de la SEDENA y, pese al armado institucional -donde la GN debía depender del mando de la SSPC-, es la SEDENA la que ha definido las prioridades y la distribución territorial del estado de fuerza.

A lo largo de tres campañas presidenciales y de dos administraciones federales (la de Calderón y Peña) López, personal de su actual gobierno, de la dirigencia de su partido y sus aliados en medios, criticaron profundamente la intervención de las fuerzas armadas en labores de seguridad, en formación de corporaciones policiales, en definición de estrategias.

¿Cómo olvidar los llamados a la desmilitarización de la seguridad de Polevnsky, Moreno o Nahle? personalidades que, en su rol de oposición, se sumaron a las organizaciones de la sociedad civil en la crítica a la mal llamada “Guerra Contra el Narco” de Calderón, o que fueron parte de un bloque que frenó la creación de la Gendarmería Nacional -que originalmente debía constituirse como un cuerpo paramilitar que coadyuvase a la labor de PF y terminó siendo una división más de esa misma PF- y a la Ley de Seguridad Interior de Peña, precisamente por sus tintes castrenses, alejados de la vía civil de seguridad.

¡Imposible olvidar que quienes hoy critican a las organizaciones civiles, antes nos elogiaban, escuchaban y abrían espacios para que fuésemos un actor clave para frenar el creciente acento militar en las policías, procuradurías y fiscalías de todo el país!

Esos mismos actores políticos elogiaron la desaparición, a manos de este gobierno, de la única institución federal civil de seguridad: la PF; primero prometieron mantener un carácter civil en la GN y luego aprobaron una institución que carece de sistemas internos de formación, crecimiento, supervisión y régimen disciplinario civil; garantizaron el fin de la violencia y el retorno a los cuarteles de las fuerzas armadas y hoy nos tienen sumidos en la peor crisis de violencia del México moderno y, de aprobarse dicha reforma, implicaría la permanencia del ejército en las acciones y políticas de seguridad.

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